Heidi Vulturi
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Heidi Vulturi
Nombre Completo: Heidi Vulturi. [Antes Heidi Anne Salvattore]
Raza: vampiro
Fecha de Nacimiento : Entre 1882 y 1878.
Edad: No lo tiene claro puesto que no recuerda su etapa humana, aunque por su aspecto parezca el de una chica joven. (Entre 18 y 23 años).
Fecha de conversión: Solo la conocen Aro y sus secuaces.
¿Quién lo convirtió?: Aro Vulturi.
Originario/a de: Roma, Italia
Sexualidad: Heterosexual
Dieta: Carnívora.
Don: Atracción. ¿Qué es? Heidi desprende una atracción hacia vampiros y humanos, haciéndolos incapaces de resistirse.
Fallo del don: Necesita un contacto visual con su presa.
Descripción Psicologica: De mente burlona, cínica y con un humor algo retorcido. Utiliza el sarcasmo siempre que tiene ocasión. Ama la diversión, no puede nunca estarse quieta. Es astuta y seductora, no toma un "no" por respuesta. Puede ser dulce, amorosa y protectora con los suyos, pero cruel, fría y agresiva con sus enemigos.
En alguna ocasión la han comparado con Rosalie Hale aunque si no quieres tentar a la suerte, no lo hagas.
Descripción Fisica: Guapa por naturaleza, ya siendo humana destacaba por su físico despampanante. Aunque ahora mismo ha cambiado bastante:
De tez fina y perfilada, al igual que el resto de seres de su especie destaca sobre la gente a causa de su tez blanquecina. Sus labios finos y bien estructurados, esconden una sonrisa pícara con dientes blancos y rectos. Para las ocasiones especiales se los pinta de un color carmesí, cosa que los convierte objeto de placer.
Además, cabe sumar el color violeta de sus ojos dado de juntar el rojo (natural por ser carnívora) con el azul de las lentillas que usa.
Su pelo ondulado y de color caoba. Aunque ahora use el color negro por simple estilismo.
Historia:
Heidi nació en Nápoles, Italia. Hija única de una familia de banqueros bien posicionados dentro de la sociedad de entonces.
Heidi era una niña mal criada y caprichosa que ideaba planes para evitar a su institutriz. Odiaba dar esas largas clases aburridas.
Los años fueron pasando y poco a poco Heidi dejó de correr delante de sus institutrices y se formó como una dama de su época.
Acostumbrada a los lujos y la buena vida todo se truncó a causa de una crisis que azotó a la familia. Los tiempos ya no eran lo de antes y la buena vida acababa.
Así que al poco tiempo Heidi, inocente de todo lo ocurrido con la economía familiar acudió a una fiesta dónde conoció a tres extraños llamados: Aro, Marco y Demetri. Estos resaltaban sobre cualquier otro ser humano. Su belleza y elegancia al andar dejaban en eminencia cualquier otro ser.
(Es un poco explícito porqué no recuerda nada de su vida humana).
Live in the dark.
Se puede decir que mi vida comienza donde una humana acaba. En la oscuridad infinita empieza mi nueva era de inmortalidad austera. Mi conversión es mi fecha de renacimiento y mi familia los Vulturis. Y mi vida empieza así:
No recuerdo ni el día, ni el mes ni siquiera un año en el que me pueda ubicar. Acababa de abrir los ojos de lo que yo creía un sueño interminable, parecía la típica noche que nunca acaba en la que el minutero no corre sobre el reloj y las agujas se quedan estancadas para siempre. Aunque lo que yo no sospechaba era que mi vida había dado un giro radical.
Estaba todo oscuro cual noche sin estrellas o calles desiertas. De repente noté como algo presionaba mi mano así que giré la cabeza y le vi. Junto a mi había un hombre de tez pálida como la nieve, cabellos largos y ojos rojos como si de un depredador que observa los movimientos de su presa se tratara. Moví la mano con ademán de liberarla. ¿Cómo osaba tocarme?, quien se creía ese…, de repente mis pensamientos se vieron interrumpidos, algo obstruía mi escape y evitaba mis movimientos.-Genial, estoy atada.-pensé. Y me dirige a gritar:
-¡Suéltame!.-le grité al hombre extraño mientras hacía fuerza para liberarme de esas correas de cuero.
-Fantastico.-Añadió él metido en sus pensamientos.
-No, fantástico, no. Que me sueltes.-grité nerviosa, se me empezaba a acabar la paciencia.
-No, no, no. Querida, creo que te tendremos que enseñar modales, ¿O es que tus padres no lo han hecho?…- Dijo con cara decepcionada añadiéndole cierta sorna.
Mis padres, ¿Qué tenían que ver mis padres en esto?, ¿Quiénes eran mis padres?. Y lo más importante, ¿Quién era él?. Me sentía confusa y desorientada, miles de pensamientos recorrían mi mente ahora.
-¿No sabes quién eres?.- Añadió el hombre haciéndome perder el hilo de mis cavilaciones.
-Claro que lo sé.-Dije con orgullo intentando recordar quién era.
- Y, ¿bien?.-Inquirió él ansioso.-¿Ya lo sabes?.- Añadió.
El alma se me cayó a los pies, como podía no saber quién era yo. Entonces me percaté de que no podía llorar. Mil sentimientos afloraban mi piel pero las lágrimas no acudían a su búsqueda y consuelo.
Miré a mi alrededor. Antes no me había para a pensar dónde estaba. Pero ahora me interesaba saberlo. La habitación era fría, oscura y tenebrosa. Únicamente alumbrado por unas cuantas velas y flores, más exactamente lirios mis favoritos. Las paredes estaban hechas de piedras como si de un castillo medieval se tratara y más atrás, en el fondo de esa larga sala oscuras figuras resaltaban con sus ojos rojos expectantes. No conocía a ninguno de ellos aunque no era de extrañar, no me conocía a mí misma. Así que después de todo no era tan raro. No podía respirar, es más, no me hacía falta respirar. ¿En qué clase de monstruo me había convertido?.
Entonces sentí que las correas se aflojaban sobre mi cuerpo. Me levanté de un salto, era más elegante, más ligera y la verdad tenía cierta elegancia al andar. ¿Siempre había sido así?
Decidí pararme en medio de la sala, todos mis sentidos estaban alerta cuando volví a oír la voz ronca y grave de aquel hombre que decía:
-¡Oh, que despistad soy!, ni me he presentado.-Dijo bajando la cabeza y negando.-Soy Aro Vulturi y este es mi castillo querida.- Añadió mientras con un gesto suave y ligero alzando las manos mostró el lugar con gran esplendor.-Y…¿Tú eres?.- Dijo añadiéndole una sonrisa burlona.
-No.- Dije yo. -Tú ganas no sé quién soy.- Añadí agachando la cabeza, ese duelo lo había ganado él.
-¡Ay, querida.- Dijo acercándose a mí con un paso rápido y ligero.
Yo me hice para atrás, eso me había venido de nuevo y no sabía porqué pero mis instintos me gritaban que me alejara. Al parecer nuevos sentimientos habían surgido en mí.
-¡Oh!, no te asustes.- Siguió parloteando.-Tú eres Heidi. Heidi Vulturi.- Dijo con firmeza mientras daba vueltas a mi alrededor observándome.
Entonces de golpe y porrazo de tocó, miles de pensamientos recorrían mi mente. Pero como si de un auto reflejo se tratara, me agazapé dispuesta a atacar. A las pocas milésimas de segundo, cuatro seres iguales a él se habían interpuesto entre nosotros y a los pocos segundos, una niñita de aspecto infantil y pelo largo me miró y sonrió con una sonrisa macabra que solo un perturbado podía hacer.
Enseguida un dolor azotó mi mente. Algo inhumano me dolía, me machacaba por dentro al mismo tiempo que yo me cogía la cabeza con las manos desde el suelo.
-Jane.- Inquirió el tal Aro
El dolor cesó y la chica volvió a su posición inicial.
- No os paséis con nuestra invitada, no lo hacía aposta, ¿verdad?.- Dijo Aro tendiéndome la mano.
Yo era incapaz de moverme ese shock me había dejado exhausta, no sabía que estaba pasando ni que podía ocurrir.
-Además, ¿no tienes sed, querida?.- Añadió Aro finalizando y le susurró algo algún chico de delante suyo.
¿Tener sed?, A que se refería. . Hasta que él no lo mencionó, no había ido a reparar en el quemazón que sulfuraba en mi garganta. Una parte de mi mente había quedado en blanco respecto a ese tema. Pero al recordármelo toda la energía había resurgido. Puse mi mano en mi garganta como si de esa manera consiguiera calmar el calor que sentía dentro. Entonces sentí la piel extraña, más suave de lo normal, más fría y tensa y de un color como el de la gente esa.
Un chico me cogió la mano, no de forma ruda y poco cortés. Sino con cuidado, como si intentará protegerme. Mientras yo le miraba a los ojos.
-Vamos.- Dijo. Y me cogió de la mano y me sacó de allí a una velocidad de vértigo.
Salimos del castillo y nos situamos enseguida en la calle central del pueblo. Era de noche y se estaban celebrando las fiestas nacionales de pueblo. El quemazón aumentaba de manera rápida y consistente. Llamaradas de fuego insistían en brotar cada vez que inspiraba. Podía sentir como la sangre corría a través de las venas y arterias de aquellos insignificantes humanos.
Ya me había preparado dispuesta a atacarlos a todos, cuando estaba a punto de saltar y algo me cogió por detrás. Me giré deprisa y con cara de pocos amigos entonces me percaté de que no me miraba, me rehuía.
- ¿Qué pasa tan fea soy?.- inquirí enojada.
- Cuando aprendas a controlar tu don te miraré, mientras tanto, no pienso arriesgarme.- Dijo con tono desenfadado.-Y ahora si me permites, te enseñaré lo que tienes que hacer…
Poco a poco, me fue enseñando lo que ocurría en mi nueva vida. A vigilar y no ser vista, a cazar con prudencia y todo lo que debía saber.
Me explicó quienes eran los Vulturi y el renombre que los caracterizaba.
Me enseñó quienes eran mis nuevos compañeros. Sus historias y sus dones, y sibre todo en que consistían estos.
Demetri y yo con el tiempo nos hicimos muy amigos, y yo, para que mentir sentía algo más por él que simple amistad.
Aproveché mi don para atraer a gente al castillo, haciéndome pasar por guía turística. Hace un par de años, apareció Gianna. Una joven humana que pretendía unirse a nosotros como vampiro pero que nos servía como secretaria.
Hace un par de meses recibí una carta,
- Spoiler:
- Sé quién eres. Es más puedo devolverte tus recuerdos, puedo hacer que vuelvas a ser tú. Solo tienes que reunirte conmigo en Forks. Ya te avisaré de más con el tiempo.
Atte. Anónimo
No me lo pensé dos veces, quería saber quién era. Tenia demasiadas preguntas sin responder, demasiadas dudas y sobre todo unas ganas increíbles de conocerme a mi misma.
Así que sin pensármelo dos veces, cogí el primer vuelo directo a los Estados Unidos, alquilé un coche y conducí a fondo acompañada de las dulces canciones de Robbie Williams.
Y ahora estoy aquí, esperando nuevas respuestas, escondiéndome de los Vulturis y sobre todo acostumbrándome a este nuevo y inhóspito lugar.
Familia:
·Padre: Estéfano Salvattore: Banquero bien posicionado y trabajador. De pelo blanco, tez caucásica y barriga prominente. Siempre se desvivió por su querida Heidi, cuando esta desapareció de forma peculiar calló en una gran depresión y murió al cabo de 6 años.
·Madre: Rafaella Anne de Salvattore: Adquirió el apellido de casada de su marido. Aunque su familia proviene de granjeros criadores de pavos, ella siempre sintió un gran aferro por la vida fuera de esos muros.
A los 16 años conoció a Estéfano un chico adinerado y poco agraciado, y aún sin sentir nada se casó con él para vivir una vida llena de lujos y desmadres.
Cuando si hijita desapareció se ahorcó porqué su vida ya no tenía futuro.
Pertenencias: Una casa en Forks que ha adquirido hace poco, un porsche Boxster gris adquirido en Italia y pequeñas pertenencias de su vida humana.
Aficiones y/o Pasatiempos: Le encanta hacer enfadar a la gente, sobre todo a Demetri Vulturi y cazar. Además de otras muchas aficiones.
Vicios y/o Manias: Cuando no entiende una cosa tiende a morderse el lado inferior izquierdo del labio y jugar con el pelo.
Heidi Vulturi- Vampiro Carnivoro
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Fecha de inscripción : 26/01/2010
Re: Heidi Vulturi
Estas Aceptada Heidi ^^, he decidido no hacerte casting porque tu historia está bien redactada asi que no lo creo necesario : D, buena ficha, te daré color aunque te recuerdo que debes registrar la imagen que usas y colocar e link de tu perfil en tu firma asi:
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Re: Heidi Vulturi
¡oh! que guay. Ahora registraré la imagn y lo de la firma. (:
Heidi Vulturi- Vampiro Carnivoro
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Fecha de inscripción : 26/01/2010
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